Hace ya casi siete años que me muevo por estos mundos facebookeros. Durante estos años he podido observar que las funciones de esta red social han ido variando. Al principio, muy al principio, en el 2008, cuando creé mi perfil, no sabía muy bien qué me encontraría, quién o quienes reencontraría, y no creía que esta herramienta sirviera para conocer a grandes personas que sin habernos visto las caras, sin haber vivido grandes tardes de charlas con café están hoy muy cerca de mi, apoyándome y animándome en esta aventura de vivir con mi pieza TEA... Pero eso vendrá después.
Ahora toca hablar de los inicios en estos lares. Hubo sorpresas, como hablar con personas con las que compartiste niñez, aulas, profesores o vivencias o ser invisible para otras muchas personas que andaron de la mano conmigo y que las circunstancias adolescentes separaron.
Quizás era yo la invisible o quizás el orgullo herido no me dejaba enviar solicitud de amistad... Da igual. Tampoco en aquellos momentos Facebook me hizo pensar que viejos conocidos se convertirían en parte de mi aventura TEA... Pero eso, eso también más tarde.
Así, Facebook se convirtió en el escaparate mundial, en el chafardeo de la vida de los demás y en muchos casos del exhibicionismo casi diario de las vidas propias... A veces se colaban pensamientos enigmáticos de personas cercanas que te daban que pensar, en otras ocasiones salía a la luz la euforia futbolera que más de uno llevamos dentro... Viajes, cenas, fiestas, bodas, playas, montañas... Fotos y más fotos... Paisajes bonitos que te hacían poner "Like" de lo espectacular de la foto y otros que aunque no muy excepcionales, sí eran importantes para el que lo publicaba... Así que.. "Like". Todo muy amigo, muy legal, muy casi flowerpower... Y así año tras año. Sólo observar lo que se iba publicando sabías más o menos cómo era éste o aquél... Tanto chafardeo pudo con muchos que abandonaron el barco convencidos de que se trataba de una herramienta inútil, otros decidieron limpiar amigos y borrar a aquellos que no pintaban nada en sus vidas... Y siguieron pasando los años. Los medios de comunicación, las marcas, los blogs, webs, tiendas, juegos, todos se subieron al carro Facebookero por su popularidad y por la eficacia que tenía para darse a conocer, ganar adeptos y fidelizar personal... Facebook ya no se trataba de chafardear amigos... Era y es algo más. Aparecen grupos con intereses comunes, que comparten experiencias, recursos, ideas... Hay cafés virtuales donde las risas están garantizadas y puedes ser miembro y participar activamente o seguir siendo un observador nato. Y gracias a gente echada palante conocí a un grupo de mamis fantásticas que me recuerdan que no estoy sola... Y fue de casualidad... Los astros se alinearon para que una mamá TEA y yo coincidiéramos en un grupo de literatura infantil y que la condición de nuestros peques no fuera tabú.
Y ya lo último y más espectacular de este lugar ha sido poder compartir y abrir mis pensamientos y experiencias TEA a muchos conocidos, amigos y desconocidos y comprobar que no, que no tan sólo hay chafardeo. Hay corazón, hay amistad, hay manos que te quieren ayudar, hay apoyo moral y emocional. Gracias a todos y todas los que no os habéis callado y me habéis mostrado que sí que existen las buenas y magníficas personas.... Aunque haga más de veinte años que no nos hemos visto. Por todos vosotros va este post.
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